martes, 15 de octubre de 2013

4 historias para reflexionar III

Saludos lectores, lamento la ausencia que he tenido con mi querido público, pero estos trabajos en la universidad me tienen loco.

Les dejo 4 historias más para reflexionar y durante esta semana se publicará un capítulo nuevo de Diario de un escolar

El árbol de las manzanas 

Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo apreciaba mucho y todos lo
s días jugaba a su alrededor. Trepaba por el árbol, y le daba sombra. El niño amaba al árbol y el árbol amaba al niño. Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol. Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste: "¿Vienes a jugar conmigo?". Pero el muchacho contestó: "Ya no soy el niño de antes que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos". "Lo siento, dijo el árbol, pero no tengo dinero... pero puedes tomar todas mis manzanas y venderlas. Así obtendrás el dinero para tus juguetes". El muchacho se sintió muy feliz. Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz. Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar triste. Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó: "¿Vienes a jugar conmigo?". "No tengo tiempo para jugar. Debo trabajar para mi familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?". "Lo siento, no tengo una casa, pero... puedes cortar mis ramas y construir tu casa". El joven cortó todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol, pero el joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y solitario. Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba encantado. "Vienes a jugar conmigo?", le preguntó el árbol. El hombre contestó: "Estoy triste y volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?". El árbol contestó: "Usa mi tronco para que puedas construir uno y así puedas navegar y ser feliz". El hombre cortó el tronco y construyó su bote. Luego se fue a navegar por un largo tiempo. Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo: "Lo siento mucho, pero ya no tenga nada que darte, ni siquiera manzanas". El hombre replicó: "No tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar... ahora ya estoy viejo. Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar para descansar. Estoy tan cansado después de tantos años...". Entonces el árbol, con lágrimas en sus ojos, le dijo: "Realmente no puedo darte nada... lo único que me queda son mis raíces muertas, pero las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa". El hombre se sentó junto al árbol y éste, feliz y contento, sonrió con lágrimas. 

Esta puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres. Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá... Cuando crecemos los dejamos... Sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas... No importa lo que sea, ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Parece que el muchacho es cruel contra el árbol... pero es así como nosotros tratamos a veces a nuestros padres. 

Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado.


Recogida en la lluvia 

Una noche a las 11.30 pm, una señora afroamericana estaba parada al costado de la ruta tratando de aguantar una fuerte tormenta. Su auto se había roto y necesitaba que la alcanzaran hasta algún punto de ayuda. Toda empapada, hizo dedo tratando de parar al próximo auto. 

Un joven blanco frenó a ayudarla (algo que en los años ’60 era todavía menos usual que ahora), la llevó a un puesto de seguridad, la ayudó a conseguir asistencia para el auto, y le consiguió un taxi. Ella parecía muy apurada, pero anotó la dirección del hombre y le agradeció. 

Después de 7 días, al joven le llegó a su casa una TV color pantalla gigante. Tenía una nota que decía: “Muchas gracias por ayudarme en la ruta la otra noche. La lluvia había empapado no sólo mi ropa, sino también mi espíritu. Y ahí llegó usted. Gracias a usted pude llegar a estar junto a mi marido en sus últimos minutos de vida. Dios lo bendiga por ayudarme y por servir a otros desinteresadamente”.


Dar cuando cuenta.

Hace muchos años, cuando trabajaba como voluntario en un hospital, conocí a una nena llamada Liz, que tenía una rara y grave enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse era una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, que había sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad, desarrollando los anticuerpos necesarios para combatirla.

El doctor le explicó la situación al chico y le preguntó si estaría dispuesto a dar su sangre a su hermana. Dudó por un momento hasta que, con un gran suspiro, dijo “Sí, lo voy a hacer si eso la va a salvar”.

Mientras progresaba la transfusión, él descansaba con una sonrisa al lado de su hermana, que iba recuperando el color de su piel de a poco. Entonces se puso pálido y su sonrisa desapareció. En ese momento miró al doctor y le preguntó con miedo: “¿Ahora mismo voy a empezar a morir?”.

Siendo tan chico, el nene había entendido mal al doctor, y pensó que iba a tener que darle toda su sangre a su hermana para salvarla… Así y todo, estaba dispuesto a hacerlo.

 


Los obstáculos en el camino. 

Hace mucho tiempo, un rey puso una gran roca en una ruta y se escondió a ver si alguien la corría del camino. Varios comerciantes y empleados del rey la esquivaron y siguieron. Algunos culparon a los gritos al rey por no mantener las rutas en buen estado, pero ninguno hizo nada para sacarla del medio.


Entonces vino un campesino cargando unas verduras, y al ver la roca dejó su carga y trató de correrla. Después de mucho esfuerzo logró su cometido y encontró un bolso bajo la roca. El bolso tenía varias monedas de oro y una carta del rey que decía que eran para aquél que corra la roca del camino.


El campesino entendió lo que muchos de nosotros no entendemos: “Cada obstáculo presenta una posibilidad de mejorar nuestra condición“.

Con esto concluye la actualización del día de hoy.

Se despide

Arlequín

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