domingo, 10 de febrero de 2013

Diario de un escolar, Cap IX: Diseñando

Un saludo a todos los lectores y seguidores de este humilde blog.

Hoy lunes, publicaré el noveno capítulo de Diario de un escolar, espero que sea de su agrado.

Capítulos previos.

Diario de un escolar Capítulo I: Primer Amanecer
Diario de un escolar Capítulo II: Nuevos Compañeros
Diario de un escolar Capítulo III: Trabajo de la discordia
Diario de un escolarCapítulo IV: Día de trabajo
Diario de un escolar Capítulo V: Una ingrata exposición.
Diario de un escolar Capitulo VI: ¿Amor a primera vista? 
Diario de un escolar Cap. VII: Los Talleres
Diario de un escolar Cap. VIII: Entre espadas y un amor
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Taller de Diseño
(Laboratorio de cómputo del Roosevelt)


Era una soleada tarde de otoño, eran alrededor de las 4 de la tarde, y los alumnos iban ingresando al laboratorio de cómputo del colegio.

Sara iba con un cuaderno rojo, un lapicero y algunos lápices para dibujar. Ella se sienta al frente y muy cerca al profesor, puesto que ella estaba muy interesada en aprender.

El profesor no llegaba, parecía que se había retrasado, pero Sara solo revisaba imagenes en internet para tener idea de que hacer.

Vladimir entra a la sala y ve a Sara e inmediatamente decide sentarse a su lado y, obviamente, buscarle la conversación. Sara vio a través de un espejo de la sala que se acercaba Vladimir y trato de retirarse, pero para su mala fortuna todas las computadoras estaban ocupadas. “’ ¡Oh no! ¡Con este idiota no!” Pensó Sara con cólera.

Vladimir se sienta a su lado, la mira y le dice: “Hola guapa”. Sara se ofusca y le da una bofetada a Vladimir “¡A mí no me vas a insinuar idiota!” – Gritó Sara enfurecida y se retiró del lugar, todos en la sala se reían y se burlaban de Vladimir, “Tranquilo gilerito” – gritó uno – “Primero te pega un debilucho y ahora… ¡te abofetea su hermana imbécil!” – Gritó otro. Vladimir estaba avergonzado, solo podía tapar su rostro por esa brutal humillación.

Mientras tanto Sara iba bajando por las escaleras y sin querer se topa con el profesor, “Profesor Ríos, disculpe por no estar en su clase, pero me acaba de pasar algo muy vergonzoso” – Dice Sara visiblemente alterada y le explicó el problema de Vladimir al profesor.

“Alumna, acompáñeme al laboratorio por favor” – Dijo el profesor a Sara, dicho esto ambos subieron, al llegar a la puerta el profesor le indica a Sara que espere afuera; el profesor observa que había un gran alboroto “¡SILENCIO!” – Gritó, dicho esto todos se callaron. El profesor mira a Vladimir fijamente, lo señala y le grita: “Usted, ¡discúlpese con su compañera!” Todo el mundo se quedó frio, Vladimir se para, se acerca a Sara y le dice con voz baja: “Lo lamento Sara…”

Sara entra a la sala sin mirarlo a Vladimir.

El profesor ve que tenía todas las computadoras ocupadas, lo señala a un alumno y le indica que se cambie de sitio con Vladimir.

“En fin, dejando este tema de lado, mi nombre es Humberto Ríos y soy el profesor de diseño grafico” Dijo el profesor escribiendo su nombre en la pizarra. “Sara, solo te quiero contar que aquí diseñamos los afiches y demás cosas para el colegio” Le indicó el chico a Sara.

“Gracias por el dato, por cierto… ¿Cómo te llamas?” – Preguntó Sara. “Ricardo” – Le contesto aquel chico. El profesor explicaba la actividad que harían a través de una presentación de Power Point. Sara y Ricardo conversaban, Vladimir los miraba desde el fondo y le daba rabia, pero el ya sabía que había metido la pata, y pensó que la iba a perder.

A medida que iba avanzando la clase se notaba que había algo que muchos de nosotros llamaríamos química entre ambos chicos. Vladimir trataba que no le afecte lo que hacía Ricardo, pero era inevitable pensar que coqueteaba con Sara.

“Me gusta tu diseño Sara, es bastante original” – Dijo Ricardo a Sara por un diseño que hizo para la clase. “Gracias Ricardito, y eso que no has visto nada jajaja” empezó a reír Sara.

“Lindo diseño alumna, espero que continúe así, diseñadoras con talento como usted, se necesitan en mi clase” – Felicitaba el profesor a Sara.

Vladimir trataba de lograr algo pero estaba sin ideas, además que los programas de dibujo nunca habían sido su punto fuerte.

Después de clase…

“Oye Sara, ¿no deseas venir a mi casa?” – Preguntó Ricardo mientras ordenaba s mochila para salir. “Uhm, creo que no Ricardo, estaré ocupada hoy, será para otro día” – respondió Sara con algo de pena. “Bueno, no hay problema, soplo espero que ese idiota de Vladimir no se te acerque, en verdad lo que te hizo hace rato fue estúpido” – Replicó Ricardo. “Espero que con la bofetada que le dí aprenda a respetar” – Dijo Sara.

Vladimir salió rápidamente del salón muy avergonzado y apenado por el incidente con Sara

Saludos

Arlequín

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